Este parque, ubicado en la región de la Araucanía, en el sur de Chile, tiene una superficie aproximada de 20 hectáreas dedicadas a jardines y praderas para pastoreo. Este espacio natural se distingue por la presencia de tres lagunas artificiales, las cuales se han convertido en un imán para una rica variedad de vida silvestre, proporcionando un hábitat esencial para numerosas especies.
La diversidad biológica del parque se ve enriquecida por la selección de vegetación, que incluye asociaciones de plantas arbustivas, arbóreas y herbáceas, tanto nativas como exóticas. Esta variedad vegetal no solo embellece el paisaje, sino que también ofrece múltiples niveles de hábitat, permitiendo que una amplia gama de especies avícolas y de fauna silvestre nidifiquen y prosperen dentro de los diferentes estratos vegetales.
El diseño del parque ha tenido en cuenta las condiciones locales, seleccionando especies que son resistentes a las nevadas, a los suelos volcánicos y a la deficiencia hídrica durante los veranos. Esta cuidadosa planificación asegura que el parque no solo sobreviva sino que también prospere bajo las condiciones climáticas y geológicas específicas de la región.
Desde el momento de ingreso al parque, el visitante es inmediatamente transportado a un entorno único que celebra la belleza y la resiliencia de la naturaleza en el sur de Chile. Los jardines, praderas, y especialmente las lagunas, crean un paisaje dinámico que invita a la exploración y al disfrute de la naturaleza de manera especial. Este espacio no solo sirve como un lugar de recreación y descanso para la comunidad y los visitantes, sino que también demuestra cómo el diseño paisajístico consciente puede armonizar con el ecosistema local para crear un refugio para la vida silvestre y un oasis de belleza natural.